Debido a su orografía particular, la costa de Sant Pol está formada por varias playas, la mayoría pequeñas calas rocosas, que la hacen diferente del resto de pueblos del Maresme. Las playas de Sant Pol, bañadas por el Mediterráneo, parecen dibujadas por un mar que peina la arena limpia y gruesa. Un paisaje construido entre los acantilados y el mar como en plena Costa Brava.