Dos grandes salas y un gimnasio, rectangulares, de grandes dimensiones, e incluidas en un solar rectangular, parecen condicionar el volumen del edificio. Unos espacios que requieren una iluminación natural, no deslumbrante, deben iluminarse de forma cenital, y deben de ser recogidos y aislados del exterior, de manera que permitan aprender y trabajar sin injerencias externas. Sin embargo el edificio no debe de perder su particular capacidad expresiva. Una expresividad que viene condicionada por su propio carácter institucional, por su materialidad y su manera de construirse.