Cuenta la tradición que la Iglesia de San Blas, situada en Carmona (Sevilla, Andalucía), se construyó en los primeros años de Pedro I aprovechando elementos de la antigua sinagoga. De su primitiva estructura conserva la planta rectangular, característica de las iglesias mudéjares y los pilares de las naves con columnas adosadas a sus caras menores. Algo posterior es la capilla de Fernando Caro con bóveda de crucería sexpartita, dos arquivoltas y alero de modillones en el alfiz y la sacristía situada en la cabecera del evangelio con entrada desde el presbiterio. Posteriores reformas la han considerado modificada en el siglo XVIII, correspondiendo a los arcos de medio punto de la crujía, la bóveda de medio cañón con lunetos en la central, la vaída del presbiterio y la torre-fachada con chapitel de azulejos. La tribuna del órgano y la capilla sacramental.