Este edificio es la mejor representación del pensamiento de los príncipes renacentistas españoles. El duque Íñigo de Mendoza mandó erigirlo como muestra de su poder y su posición. Todo en el edificio respira esplendor, desde su fachada hasta las decoraciones interiores. Cristianos y musulmanes colaboraron en su construcción, dirigidos por el arquitecto Juan Guas, razón por la que están presentes elementos renacentistas, gótico del norte de Europa y decoraciones islámicas. Su magnificencia es tal que los reyes Felipe II -Austria- y Felipe V -Borbón- lo eligieron para celebrar allí sus bodas.