La sierra de Urbasa constituye un gran plano elevado de 1000 metros de altitud que cae en su borde sur creando un espectacular mirador natural. Horadada como un queso Gruyère, en ella encontramos simas y cuevas, pero también extensas praderas en las que pacen ovejas y caballos, hayedos encantados y remansos de agua turquesa como la del Nacedero del Urederra. Recorriendo sus senderos vamos a descubrir restos megalíticos, antiguas fuentes y bordas pastoriles, y en su entorno no dejaremos de visitar el bello monasterio de Irantzu o el singular Museo de la Trufa. Te proponemos un recorrido que atraviesa la sierra de norte a sur.